La canalización es un término que se utiliza en diferentes contextos, pero en el ámbito espiritual se refiere a la práctica de recibir y transmitir información, conocimiento o energía de una fuente más allá de la conciencia individual. La persona que realiza la canalización actúa como un canal o intermediario entre esta fuente y el receptor de la información.
Aquí hay algunos aspectos clave sobre la canalización en el contexto espiritual:
- Recepción de información: Durante una sesión de canalización, la persona canalizadora puede entrar en un estado de conciencia alterado o receptivo y permitir que la información fluya a través de ellos desde una fuente más elevada. Esta información puede manifestarse en forma de pensamientos, imágenes, sensaciones, emociones o mensajes verbales.
- Fuentes de canalización: Las fuentes de canalización pueden variar y pueden incluir seres espirituales como guías, ángeles, maestros ascendidos, seres extraterrestres o incluso aspectos superiores del propio ser. La creencia en la naturaleza exacta de estas fuentes puede variar según las creencias espirituales y religiosas de cada persona.
- Temas de canalización: La información canalizada puede abordar una amplia gama de temas, incluyendo aspectos espirituales, filosóficos, metafísicos, personales, históricos o futuros. La naturaleza de la información canalizada puede ser orientativa, curativa, informativa o inspiradora, dependiendo de las necesidades del receptor y de la naturaleza de la fuente.
- Métodos de canalización: Hay diferentes métodos de canalización, que van desde la escritura automática y la meditación receptiva hasta la canalización verbal en la que el canalizador habla en nombre de la fuente canalizada. Algunos canalizadores también pueden utilizar herramientas como cristales, tarjetas de oráculo o péndulos para facilitar el proceso.
- Discernimiento y ética: Es importante ejercer un discernimiento crítico al recibir información canalizada y no tomarla automáticamente como verdad absoluta. Al igual que con cualquier forma de orientación espiritual, es importante mantener un sentido de discernimiento y cuestionamiento saludable. Además, los canalizadores deben practicar la ética y la responsabilidad en la entrega de la información canalizada, asegurándose de que sea útil, respetuosa y beneficiosa para el receptor.
En resumen, la canalización es una práctica espiritual en la que se recibe y transmite información o energía de fuentes más allá de la conciencia individual, con el propósito de guiar, sanar, informar o inspirar a quienes participan en el proceso.